Capitulo 24 El carro de la muerte
Durante meses y meses Olga estuvo haciendo lo posible por dar con algún
rastro de su marido cada vez que cruzaba a su campo un transporte de hombres se
precipitaba a las alambradas con el corazón.
En sus sueños de Olga lo veía muchas veces trabajando en las minas con
los pies hundidos en el agua bajo las rodillas. Después de desechar mil planes
uno tras otro en su campo había un bloque para locos los insensatos jefes de
campo habían dispuesto que si las personas normales tenían que morir, los
lunáticos deberían seguir con vida. La
mayor parte de estos casos eran muy interesantes por lo cual resultaban de
valor para los sabios alemanes.
Después de numerosas y estériles intentos en alguno de los cuales llego
hacer pasar por loca logro por fin seguir en un puesto en el famoso carro de la
muerte, dos enfermeras supervisaron a siete u ocho pacientes los tres
centinelas de las S.S que iban escoltando cerrando la puerta y sentándose junto
al chofer trataban de tranquilizarlos pero sin ningún éxito a veces los abrazaban
y los besaban pero también a veces los escupían o los insultaban.
El vehículo atravesó la población de Auschwitz lo que vio por los
cristales enrejados se dio la impresión de que estaban en un mundo irreal los
hombres andaban libremente por las calles, formando colas salian de la iglesia
entraban en los establecimientos comerciales el coche siguió avanzando de
cuando en cuando venían algunos miembros de las S.S. a mirar por la ventanilla
dos mujeres se apretujaban la una de la otra haciendo el amor en el piso de vehículo
otro que fuera anteriormente profesor de matemáticas demostraba elecuentemente
con numerosas gesticulaciones que el problema de la guerra podrían ser reducido
a una simple ecuación con cuatro incógnitas: X,Y,Z,W o sea, Churchill, Roosewelt,
Stalin y Hitler:
Los enfermos fueron trasladados a la sala de experimentos bajo la
vigilancia de un doctor alemán se les inyectaba un sustancia nueva con la cual
se trataba en producir un sistema nervioso.
Mariana Martinez Flores . Grupo 204
Capitulo 25 En el Umbral de lo desconocido
En la mañana del 17 de enero de 1945 aparecieron tropas de la S.S. en el
hospital recogieron todos los instrumentos de algún valor a media noche
llegaron mas S.S quienes ordenaron llevar inmediatamente las fichas de los
enfermos y las graficas de temperatura al buro político en menos de una hora
estaban los documentos reunidos frente a las oficinas de dicho departamento.
El hospital fue testigo de escenas desgarradoras las enfermas estaban
aterradas las que no tenían ya fuerzas se dejaban caer de la cama reclamando su
ropa les distribuían lo que tenían
pero solo podían vestir a unas cuantas obedecían las ordenes y
continuaban atendiendo a sus pacientes pero las enfermas no se registraban. Las
que no tenían ropa que ponerse se envolvían en unas mantas nadie tenia calzado
ni medias. Durante aquella mañana los alemanes lo reunieron en la Lagerstrasse
en columnas de ha cinco en fondo por la tarde llego el nuevo comandante del
campo escoltado por una gran comitiva todas las enfermas y hasta las que no
estaban oficialmente enfermas no parecían gozar de buena salud fueron mandadas
otra vez a las barracas Olga según estaba esperando abandonar las filas para
hacer las últimas visitas a las enfermas la mayor parte de las pacientes se
tiraban de la cama y vagaban alrededor de la estufa que había en medio de la
habitación, tenía que volver a ocupar su puesto en las filas, pero coloco unas
cuantas inyecciones a las que sufrían mas para tranquilizarlas hecho una mirada
sobre el vasto campo de virginidad ante
los campos F,D,C,Y,B-2 ardían grandes montones de papel.
Mariana Martinez Flores . Grupo 204
Capitulo 26 ‘’ La Libertad’’
Los guardianes que rodeaban iban conduciendo como un rebaño hacia un
frio intenso y el aire se les clavaba como un cuchillo atreves de sus andrajos.
Los hacían caminar cada vez más aprisa los guardianes alemas estaban
positivamente alarmados los obligaban a andar tan de prisa que ya no sentían el
frio porque tenían empapada la ropa de sudor. Los perros como si percibieran el
peligro que estaban corriendo sus amos el primer día Olga observo que varias de
sus compañeras se amontonaban al borde de la carretera suplicando que se les
permitiera subir a un carro arrastrado por caballos que era guiado por un guardián
alemán.
Después de mucho razonar y discutir lo dejo de pronto se le ocurrió
mirar hacia atrás y observo cinco guardianes de la S.S. cubriendo la retaguardia de la columna el medio se volvió y extendió su brazo derecho hacia la doctora
Rozsa quien se había quedado plantada en medio de la carretera.
Los guardianes de la S.S estaban armados de ametralladoras y granadas de
mano tenían órdenes de liquidar a las seis mil presas en el caso de ser
sorprendidos por un avance ruso entre tanto muchas de sus compañeras de
cautiverio habían sucumbido su grupo paso la primera noche en una cuadra sus amigas y Olga se despertaron antes que
las demás porque querían estar en la primera fila de columna, las consecuencias
fue que Olga y sus amigas se
encontraron de pronto en la primera fila de la columna principal varias de las
polacas se encontraban cerca de ellas y comenzaron a discutir no sabían el
porque la verdad era que al ambiente se estaba haciendo ya intocable cierta
mañana cuando apareció que estaban lejos los alemanes fue a la cocina para
hacer una cuantas galletas de Transilvania como regalo a la familia cuanto mas
afanada estaba en su tarea entro inesperadamente un soldado alemán en la cocina
miro a Olga y comenzó hacerse preguntas
asi mismo
Mariana Martinez Flores . Grupo 204
Capitulo 27.-
‘’Todavía tengo fe’’
El 31 de diciembre de 1944 el
alto mando de las S.S pidió al campo de Birkenaou que le mandara un informe
general sobre los niños internados a pesar de las selecciones originales
quedaron todavía muchos de estos pequeños que habían sido separados de sus
familias, los alemanes resolvieron que tenían que desaparecer rápidamente, pero
los alemanes siempre tenían recursos para todo recibieron la orden de bañar a
todos los niños por la interminable carretera de concentración que había sido
el biacruzis de tantos millares de mártires los pequeños prisioneros empezaron avanzar
en larga procesión. Los niños se tambaleaban en su marcha hacia la muerte con
sus arrapos cubiertos de b lancos copos: Guardaban un silencio tan profundo
como el de los duendes de la nieve y seguían adelante titiritando incapaces ya
de llorar.
Pocos fueron los niños de Birkenau que sobrevivieron aquella revista, los que quedaron con vida
iban a quedar mas tarde sobre los garrotes de los soldados por fin volvieron a
las barracas, los pequeños que habían sobrevivido aquella prueba se movían como
autómatas y estaban medio muertos de agotamiento pero en aquel estado fueron
llevados nuevamente a los establos
Mariana Martinez Flores . Grupo 204
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