Capitulo XX “La Resistencia”
Aquí nos Olga nos
habla delo que para las internadas era la “La resistencia” por ejemplo cuando las
empleadas del Canadá desviaban de su destino mercancías que debían salir rumbo
a Alemania, para beneficiar a sus compañeras de cautiverio, estaban realizando
un acto de resistencia. Cuando las trabajadoras de los telares retrasaban y
hacían más lentas sus tareas, estaban ejecutando un acto de resistencia.
Resistencia era el pequeño "festival" de Navidad que organizaban en
las mismas barbas de sus amos Resistencia era el acto de pasar cartas de un
campo a otro. Éstas eran las principales manifestaciones de la actividad clandestina que llevaban a cabo.
Algunas prisioneras se comportaban rebeldes Un día, una prisionera de las que
habían sido seleccionadas le arrebató el
revólver a un guardián de las Ss. Y lo golpeo con él. En diciembre de 1944, se
ordeno a las prisioneras rusas y polacas que entregaran sus hijos. La orden
decía que iban a ser "evacuadas". Las madres, transidas de dolor,
colgaban cruces o improvisaban medallas para colgárselas del cuello a sus bebe,
para poder reconocerlos más tarde. Se hizo un “periódico hablado” necesitaban
divulgar noticias sobre la guerra. Su amigo “L” les regalo un radio. Algunos
miembros de la resistencia de nuestro campo trataron de hacer llegar a los
Aliados alguna noticia de nuestra situación desesperada ,en el campo había
entrado paquetes de explosivos ,los paquetes de explosivos no eran mayores que
dos cajetillas de cigarrillos, por lo que podían fácilmente esconderse en una
blusa pero no se explicaban cómo habían llegado hasta el campo.
Capitulo XXI
"¡París ha sido Liberado!"
Olga nos habla sobre el
26 de agosto de 1944, cuando se presento un internado francés en la
enfermería. Ella ya lo había visto antes. Era un hombre de ojos oscuros, de
cara flaca, con la expresión sombría característica de todos los que vivíamos
en Birkenau. Su extraña alegría había puesto nerviosa a Olga, él fue el que le
comento que París había sido liberado,
ella se quedo pasmada, de la emoción ni siquiera podría hablar fue ahí cuando
comprendió la felicidad de aquel hombre.Todabia no le cabía en la cabeza hasta
pensó que realmente ese hombre estaba
loco. Ella le fue diciendo a una y otra y otra paciente que parís había
sido liberado. La noticia era demasiado maravillosa para ser aceptada con
simple alegría, la noticia corrió muy rápido
Después de la liberación de la "Ciudad Luz",
sus imaginaciones se desbordaron y empezaron a elaborar planes
fantásticos. Les dijeron "Todas las
prisioneras que tengan parientes en Estados Unidos serán canjeadas por
prisioneros alemanes de guerra” Esta orden levantó un nuevo revuelo entre las
detenidas del campo. Los "americanos" van a partir! Era lo que se
decía en ese momento algo resultó mal, porque la situación cambió
repentinamente de arriba abajo. La ropa y los zapatos que se entregaron a los
"americanos" volvieron en silencio a los almacenes del campo. Los
pobres "americanos" habían sido exterminados.
Capitulo XXII
“Experimentos Científicos”
En este capítulo Olga nos dice que hacían experimentos
con los conejillos de indias (Humanos) Los doctores alemanes tenían a su
disposición a miles de esclavos, eran libres de hacer lo que se les antojara
con esa gente, así que decidieron llevar
a cabo experimentos con ellos. No sólo se dedicaron a experimentar ellos
mismos, sino que obligaron a muchos doctores de los que había entre los
deportados a trabajar bajo la supervisión de los médicos de las S.S. Uno de los
experimentos consistía en inocular a un grupo de internados un germen morboso
luego los médicos alemanes solían perder todo interés en su proyecto. y a
aquellos conejillos de indias a veces eran mandados al hospital y otros a la
cámara de gas.los experimentos era absurdos, A un médico alemán se le ocurrió
la idea de estudiar cuánto tiempo duraría con vida un ser humano, a base
exclusivamente de agua salada, Otro sumergió a su conejo de indias humano en
agua helada, pretendiendo que iba a observar el efecto de aquel baño en las
temperaturas internas.
Después de ser sometidos a tales experiencias, los
internados no necesitaban ir al hospital, sino que estaban dispuestos para la
cámara de gas. Uno de sus experimentos favoritos era la observación de mujeres
recién llegadas, cuya menstruación era todavía normal. Durante sus periodos, se
les decía brutalmente: Dentro de dos días van a ser fusiladas. Los alemanes
querían saber qué efecto producía aquella noticia en el flujo menstrual, lo
cual causaba hemorragias por este tipo de noticias. Había un doctor que se
dedicaba al estudio de los gemelos y de
los enanos Los mayores experimentos consistían en la resistencia al frio, al calor o a la
altura.
CAPITULO XXIII “Amor a la Sombra del Crematorio
Olga nos dice que es ley de
la naturaleza que donde quiera se reúnan hombres y mujeres, surja el amor, era
lo que ella creía nos dice que ni siquiera la sombra del crematorio era
obstáculo para las emociones humanas, se
decía que mezclaban con nuestra comida ciertos polvos para reducir o destruir
el apetito sexual. Como los hombres de las S.S. podían excitarse demasiado ante
la proximidad de tantas mujeres jóvenes y hermosas a las que veían demudas y
expuestas totalmente a su mirada, se les habían proporcionado burdeles con
prostitutas alemanas para su uso. Los únicos hombres que conocían, aparte de
los guardianes de las S.S. y de los soldados de la Wehrmacht eran prisioneros
varones que reparaban los caminos, abrían zanjas y llevaban a cabo otras tareas
por el estilo de nuestro campo. No todos los amores que había allí eran
sórdidos. Se daban casos de sincero cariño y emocionante compañerismo. Como en
todas las cárceles habían invertidos e invertidas. Entre las mujeres había 3
categorías. Había lesbianas por instinto, las mujeres que cambiaron de punto de
vista sexuales debido a las condiciones anormales en que vivían, las que se
enteraron de sus tendencias lesbianas a través de su asociación con la
corruptela del campo y la degradación de sus costumbres. Una de las cosas más
horribles de este capítulo es que Olga cuenta como una madre le conto que la
obligaban a desnudar a su hija y observar cómo la violaban los perros a los que
habían adiestrados para aquel deporte de manera especial los nazis. Lo mismo
ocurría a otras muchachas. Se las obligaba a trabajar en las canteras doce o
catorce horas al día. Cuando se desplomaban exhaustas, el deporte favorito de
los guardianes consistía en enviscar a los perros para que las atacasen.
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